En agosto de 2006 y conforme al espíritu del habla correcta, Thich Nhat Hanh envió esta carta manuscrita al presidente George Bush (texto completo a continuación).
Honorable George W. Bush
La Casa Blanca
Washington DC, EUA
Plum Village
Le Pey 24240
Thenac, Francia
8.8.2006
Estimado señor presidente:
Anoche en un sueño, vi regresar a mi hermano (que murió hace dos semanas en los Estados Unidos). Estaba con todos sus hijos. Me dijo: «Regresemos juntos a casa». Después de un milisegundo de duda, le dije con alegría: «De acuerdo, regresemos».
Al despertar de ese sueño a las 5 a.m. esta mañana, pensé en la situación del Medio Oriente y, por primera vez, pude llorar. Lloré por largo tiempo y me sentí mucho mejor al cabo de una hora. Después, fui a la cocina y me preparé un té. Mientras hacía el té, me di cuenta de que lo que mi hermano me dijo es verdad: nuestra casa es lo suficientemente grande para todos nosotros. Volvamos a casa como hermanos y hermanas.
Señor presidente, creo que si usted se permitiera llorar de la manera en que yo lo hice esta mañana, usted también se sentiría mucho mejor. Son nuestros hermanos a los que matamos allá. Así nos lo dice Dios y también nosotros lo sabemos. Ellos quizá no nos vean como hermanos por causa de su ira, incomprensión y discriminación. Pero despertando un poco, podemos ver las cosas de diferente forma, y eso nos permitiría responder de otra manera a la situación. Yo confío en que Dios esté en usted; yo confío en la naturaleza de buda dentro de usted.
Gracias por la lectura.
Con gratitud y hermandad,
Thich Nhat Hanh
Plum Village
Escribir cartas como práctica. Extracto de El corazón de las enseñanzas de Buda, Thich Nhat Hanh.
Escribir cartas es una forma de hablar. Una carta a veces puede ser más seguro que hablar, porque tienes el tiempo de leer lo que has escrito antes de enviarlo . Mientras lees lo que has escrito puedes visualizar a la otra persona recibiendo tu carta y evaluar si lo que has escrito es apropiado y tu comunicación es hábil. Tu carta debe regar las semillas de la transformación en la otra persona y mover algo en su corazón, si es que quieres llamarla habla correcta. Si hay una frase que pudiera ser mal interpretada o molestar a la persona, vuelve a escribirla. La consciencia correcta te dice si estás expresando la verdad de la manera más hábil posible. Una vez que has enviado tu carta, ya no puedes recuperarla. Así es que, antes de enviarla, léela varias veces con atención. Esa carta será de beneficio para ambos.
Por supuesto que tú has sufrido, pero la otra persona ha sufrido también. Esa es la razón por la que escribir es una buena práctica. Escribir es una práctica de observación profunda. Envía la carta sólo cuando estés seguro de que la has observado profundamente. No necesitas ya culpar a nadie. Solo tienes que mostrar que comprendes de manera más profunda. Es verdad que la otra persona sufre y solo por eso merece tu compasión. Cuando empieces a entender su sufrimiento, nacerá la compasión en ti y el lenguaje que uses tendrá el poder de sanar. La compasión es la única energía que nos puede ayudar a conectar con otra persona. Una persona que no siente compasión, nunca podrá ser feliz. Cuando practiques observar a la persona a la que le vas a escribir una carta y puedas empezar a ver su sufrimiento, nacerá la compasión en ti. En el momento en que nazca la compasión, aun antes de terminar la carta, tú te sentirás mejor. Después de enviar la carta, te sentirás todavía mejor, porque sabes que la otra persona también se sentirá mejor después de leer tu carta. Todos necesitamos comprensión y aceptación. Y ahora tú puedes ofrecer esa comprensión. Al escribir una carta como esa, restableces la comunicación.
Unirse a la conversación